Como deben haber notado, últimamente he estado teniendo una especie de obsesión con estas extrañas películas asiáticas. Como recordarán, el año pasado me puse a ver varias adaptaciones cinematográficas de los mangas y animes que he visto para ver qué tal son en comparación al material original, así como para refrescarme la memoria sobre éstos. Además de que el octubre pasado me había propuesto ver solo películas de terror asiáticas (como Ring, entre otras), que resultó en que IMDb me recomiende más de estas películas (incluyendo algunas que me interesaban desde hace años) y yo termine viendo varias de éstas compulsivamente por varias semanas. Porque vamos, la película de esta ocasión es Crossfire, una película japonesa que salió en el ya lejano año 2000, el año en el que yo nací. Es decir, un filme que salió a la otra vuelta del mundo en una época en la que yo no podía ni hablar, pero al que puedo acceder en pleno 2022 gracias al poder del internet.
En fin, supongo que debería dar una breve descripción de esta peculiar película. Se trata de una adaptación de la novela de misterio y fantasía de Miyuki Miyabe también titulada Crossfire, la cual como ya debes haber adivinado, trata sobre la habilidad sobrenatural de controlar el fuego conocida como “piroquinesis”. Estoy seguro que la gran mayoría de los que están leyendo esto no saben ni jota de ese libro, incluyéndome, por lo que, ¿qué hizo que me interese en esta cosa? Pues, creo que el solo decir que Shusuke Kaneko fue el director de esta película sería suficiente explicación. Ya he hablado de algunas de sus otras películas en el blog, como la trilogía de Gamera, GMK, y las películas de Death Note, por lo que me entró más curiosidad ver qué tal son sus películas fuera de estas franquicias con las que estoy familiarizado.
Y por cierto, la película fue distribuida en España con el título de Pyrokinesis: La mente del mal… pero no pude encontrar nada más acerca de eso o si siquiera tuvo un doblaje, por lo que tengan en cuenta que esta reseña solo se basará en la versión original japonesa.
La historia también introduce un punto sobre otros personajes con poderes para (inicialmente) formar un equipo con Junko con la intención de ayudarla en su plan de venganza. Kido tiene la diferente habilidad de controlar a otros al tocarlos, mientras que la joven Kaori tiene tanto piroquinesis como una especie de clarividencia. Aunque me gusta este concepto de otros sujetos con poderes en esta fantasía, y más que Kido antagonice a la protagonista al final, no me gustó la explicación de que este estuvo trabajando para Hasegawa – pienso que no quedó bien como caracterización luego de que lo mostraran como alguien que sí estuvo interesado por Junko y pueda cambiar por ella, y para añadir más a esa contradicción, que al final se “disculpara” con ella telepáticamente luego de traicionarla. Para una película de misterio, esta se queda debiendo algunas explicaciones, y otras terminan siendo forzadas o poco satisfactorias.
Este concepto de personas usando un poder sobrenatural para castigar criminales, y luego ser consumidos por este y volverse tan sanguinarios como aquellos malhechores, también lo veríamos en Death Note, y aunque el libro salió antes que ese manga y ambas historias hayan tenido a Shusuke Kaneko como director para sus adaptaciones cinematográficas, dudo mucho que haya sido algo más que una coincidencia. Dicho esto, debo decir que me gustó cómo la historia de Miyuki Miyabe (supongo) manejó a la protagonista, con Junko admitiendo que lo que hizo contra esos criminales no estuvo bien, descubriendo que hay personas (incluso con poderes) peores que ella, y al final salvando a algunas personas para redimirse por lo que ha hecho.
Este concepto de personas usando un poder sobrenatural para castigar criminales, y luego ser consumidos por este y volverse tan sanguinarios como aquellos malhechores, también lo veríamos en Death Note, y aunque el libro salió antes que ese manga y ambas historias hayan tenido a Shusuke Kaneko como director para sus adaptaciones cinematográficas, dudo mucho que haya sido algo más que una coincidencia. Dicho esto, debo decir que me gustó cómo la historia de Miyuki Miyabe (supongo) manejó a la protagonista, con Junko admitiendo que lo que hizo contra esos criminales no estuvo bien, descubriendo que hay personas (incluso con poderes) peores que ella, y al final salvando a algunas personas para redimirse por lo que ha hecho.
Tampoco puedo culpar a los actores, honestamente creo que la mayoría hizo un trabajo decente y se tomaron enserio sus papeles, destacando por ejemplo a la carismática Kaori Momoi como la detective Ishizu. Y para añadir más familiaridad con la trilogía de Gamera también regresan algunos de sus actores, como Ayako Fujitani y Shinobu Nakayama ocupando papeles secundarios.
Valoración: 5/10
Es interesante, saber que los otros trabajos del director de la película más aclamada de la era Millennium de Godzilla no sean tan buenos como lo que hizo para ese género, mientras que Ryuhei Kitamura, el que hizo la entrega peor recibida de esa saga, tenga un estilo que le ha servido más en sus otros proyectos como director. Un ejemplo de cómo los talentos de algunos no rinden tan bien en otros géneros. Esperen más reseñas a las películas de esos dos directores en este blog, porque si alguien va a estar dándole atención a estos filmes poco conocidos, ese voy a ser yo.
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