Aunque entendiblemente no tenga la mejor reputación, el género del cine de terror es mi favorito. Varias de estas son producciones baratas que solo cuentan con cosas como violencia gráfica para atraer las audiencias, pero sería incorrecto asumir que todo el género es tratado con tal cinismo o que no se puede decir lo mismo de otros géneros aclamados. Una producción que definió mi pasión y entusiasmo por este género fue la cinta hongkonesa de los hermanos Pang, El Ojo. Una película que funciona en varios sentidos y demuestra que con la debida dedicación e ideas originales se puede conseguir un gran filme con este género. Es una pieza fundamental para el cine de terror asiático y la que lanzó a la fama a los gemelos directores, de los que ya hablé un par de veces en este blog
no necesariamente para llegar a hablar de esta saga.
Y sí, leyeron bien, esta es una serie cinematográfica, no una sola película. La primera es la que obviamente me importa más por haberla visto hace muchos años, pero después de conocer las secuelas y verlas a su tiempo terminé impresionándome con todo lo que ofrece la saga. Así que sin más que agregar, empecemos con esta antología de historias de fantasmas.
El Ojo (2002)
Si piensas que esta es otra adición redundante a la gama de películas orientales de fantasmas nacidas del éxito de la cinta japonesa
Ring (1997) que continuaron produciéndose hasta pasar de moda a mediados de los 2000s, o que a lo mucho sería otra entretenida pero francamente insustancial como sus anteriores cintas de criminales tailandeses, tendrás que poner atención a lo que esta obra ofrecerá aparte de a tus ojos. Yo no solo veo a El Ojo como la mayor refinación y perfeccionamiento del estilo de dirección de los hermanos Pang, sino también diría que su historia es mucho más efectiva, profunda, sustanciosa y temática que todo lo que se ha logrado en
Bangkok Dangerous y sus
dos películas de seguimiento.
Lo primero en lo que los directores incursionan es en presentar una protagonista más tridimensional y en darnos una mayor introspección a su mente y las dificultades que enfrenta a lo largo de la historia. Esto significa que la película ya no puede sostenerse con sólo la dirección y efectos visuales, ahora el guion y los diálogos dentro de éste son vitales, prueba de esto es el hecho de que consiguieron a alguien más para que ayude a los hermanos a terminar el guion. La película empieza de forma sutil y melancólica con un monologo interno de la protagonista Mun, en el que ella explica su entusiasmo por ver y entender el mundo luego de haber sido ciega desde los dos años. Esa frase se manifiesta en distintas partes de la trama, y la película manifiesta adecuadamente el lado optimista con suma honestidad. Las secuencias iniciales en las que Mun se hace amiga de otra paciente del hospital, Yingying, son sorprendentes de ver en una película de terror por lo tiernas y hasta cómicas que son.
La otra consecuencia de recuperar la vista, y el mayor punto de interés de la película, es que Mun consigue la habilidad de ver fantasmas. El realismo característico de los directores regresa con una atmósfera espeluznante para crear escenas terroríficas de primera categoría. Esa incertidumbre sobre lo que el mundo trae, como si se tratase de volver a nacer, es una parte atacada incesantemente con momentos en los que Mun ve figuras claramente anormales, escucha ruidos tenebrosos, y es directamente acosada por estos a todas partes que vaya. No solo es la sensación de peligro lo que la inquieta profundamente, sino también la pena de tener que ver gente que acaba de morir. La película no se contiene en cuanto a mostrar niños como las víctimas, el chico atropellado y el otro de “viste mis calificaciones” son algunas de esas. Pero la que obviamente entristece más tanto a la audiencia como a Mun es la de Yingying, en la que ella es llevada por una de esas figuras oscuras tras su fallida operación, antes de que pudieran salir como le prometió. Todo es tan agobiante para la protagonista, lo cual aparte del factor dramático también sirve para reflejar la inspiración en el caso real del que esta película se basó: de la chica que se suicidó poco después de haber recuperado la vista por una operación.
La espiritualidad manejada en la película también resalta por ser decentemente inusitada. Algunas leyendas locales son mostradas como la de la mujer con lengua azul del restaurante, o el taoísmo representado con las ceremonias para los muertos, además del principio de que aquellos que no aceptaron su muerte estén destinados a repetir su muerte hasta que esto sea resuelto, el cual se vuelve el principal motivo cerca del final de la película en la que Mun y el doctor Wah viajan a Tailandia para calmar el espíritu de la donante de los ojos. Otro punto que ayuda a sostener la atmósfera y sensación de cada escena aparte de la sublime banda sonora definitivamente es la excelente actuación de la simpática Angelica Lee, ella logra con creces que su personaje sea querible y expresa a la perfección todas las emociones por las que pasa.
La secuencia final en la autopista de Tailandia merece una mención especial. Toda esa maestría de los directores en crear escenas que recreen la realidad llega a su punto cumbre para darnos una de las más impresionantes escenas de destrucción a gran escala. Aparentemente basado en un incidente real que pasó en Tailandia en el año 1990, esta escena presenta una autopista llena de vida, de gente con diferentes asuntos y sentimientos, siendo arrasada por el fuego infernal de la explosión de un camión de gas. Los impresionantes efectos especiales, que reflejan perfectamente la violencia de este accidente; la composición de escena con diferentes personajes establecidos en el lugar antes del suceso, combinado con la desesperación de la protagonista por tratar inútilmente en salvar a las personas de un inminente desastre como lo intentó (y fracasó) la anterior portadora de los ojos, resultan en una de las escenas de desastres más eficientemente intensas y emotivos de todas – uno de los mayores logros de los hermanos Pang. Sinceramente diría que ninguna escena de destrucción en alguna película kaiju o de desastre me ha causado la misma emoción que la de esta cinta.
El Ojo es todo un triunfo del cine asiático de terror hecho por unos directores que demostraron tener un gran entendimiento del género y añadiendo su propio estilo a la producción. Si la vas a ver para conmoverte por los personajes también tienes que tomar en cuenta que te esperarán unos buenos sustos, así que hazte un favor y vela de la misma forma que hice yo: solo, después de medianoche en una habitación con las luces apagadas, si el lugar no es tu dormitorio veamos si no te da miedo caminar hasta allí en plena oscuridad.
Valoración: 9/10 El Ojo 2 (2004)
Tanto el regreso de los hermanos Pang como directores para asegurar que algún otro talento inferior no pueda arruinarla, como la accesibilidad por poseer también un doblaje latino me convencieron de probar esta secuela. Naturalmente, ésta no sigue la historia de la anterior sino que presenta una realización diferente de este concepto. Esta vez los gemelos no aportarían con la historia sino que esta sería escrita por un nuevo guionista y por el que les ayudó con la anterior, lo que significa que aparte de las muy vagas similitudes en cuanto a la atmósfera y temática, ésta tiene la libertad de explorar terreno diferente para la saga.
Esta trata sobre
Joey, una mujer que tras el rompimiento con su novio intenta suicidarse con una sobredosis de pastillas, y que tras fallar en el intento adquiere involuntariamente la habilidad de ver fantasmas, así como descubrir que está embarazada. El tormento psicológico por el que pasa la protagonista continúa en esta secuela con la paranoia por ver figuras espectrales y lo de saber quiénes han muerto, y ahora sumado con la agonía causada por tener el hijo de un hombre que la ha abandonado, las constantes apariciones de esos fantasmas que buscan “poseer” a los bebés de los demás, y especialmente por ser perseguida por el espíritu de una mujer quien posteriormente se revelaría como la difunta esposa de su exnovio.
Decir que esta secuela es más oscura que la original quedaría corto. El Ojo 2 es considerablemente más atrevida y toca temas más macabros que su predecesora, resultando en otras escenas eficientemente perturbadoras como las de esas siniestras figuras humanoides flotando inhumanamente hacia el vientre de las mujeres en el momento de parto para intentar reencarnar. Los directores muestran toda su dedicación y creatividad con el concepto, empleando diversos efectos especiales, tomas y cortes llamativos, y filtros que les dan la ambientación correcta a cada escena. Y por supuesto que la formidable banda sonora y los temas budistas de reencarnación ayudan a mantener el interés a lo largo del filme.
Desde un principio sentía que a esta secuela le faltaba algo a pesar de mejorar el aspecto terrorífico, lo que después de verla un par de veces me hizo notar que aparte de que ésta no tiene un clímax tan impresionante como de la anterior, es un poco más difícil sentir algo por su escasa gama de personajes debido a la frialdad presente en ellos. Al menos el último punto se compensa en gran parte para mí por la interpretación de
Shu Qi como Joey. La famosa actriz taiwanesa tuvo que hacer todo tipo de actos humillantes para esta película, como drogarse, entrar en pánico, estar embarazada, e intentar suicidarse; y ella lo hace todo con dedicación y profesionalidad, realmente fue un papel exigente que requería a una actriz tan hábil como ella.
Tengo que ver más películas de Shu Qi.
Valoración: 8/10 El Ojo 3: Infinito (2005)
Santos ojos embrujados… entiendo que hayan querido tomar una dirección diferente para la tercera entrega, pero no entiendo por qué optaron tan rápidamente en hacer una parodia – ¡y de parte de los mismos responsables de las dos anteriores! Claro que esto significa que todos los involucrados tienen todo el entendimiento de la saga para parodiarla correctamente, y casi se podría decir que lo consiguieron. Tengo fuertes sentimientos encontrados hacia esta película, diría que me encanta tanto como la detesto.
El concepto realmente no está nada mal. Las dos anteriores siguieron una fórmula más o menos similar en la que la protagonista obtiene la habilidad de ver fantasmas luego de pasar por un escenario insólito, y en vez de tener que idear otro suceso como esos por tercera vez y potencialmente comprometer la saga a seguir con esa fórmula, decidieron que ésta se centre específicamente en los diferentes ritos alocados para conseguir ese sexto sentido. Los pobres sujetos de prueba para estos son un grupo de amigos hongkoneses que andan de viaje en Tailandia, de los cuales su principal anfitrión, Chongkwai, es estafado (mortalmente) en comprar un libro que detalla las 10 maneras de ver fantasmas, así que éste les invita a divertirse probándolos…
Dos de estos ritos, considerados suicidas, fueron los que vimos en las dos películas anteriores, mostrados brevemente con metraje de estas como flashbacks. Los ocho restantes consisten en otros mitos y creencias locales, cada uno realizado al menos una vez a lo largo de la película. El drama se da cuando en uno de estos rituales –el de jugar a las escondidas en el bosque a la medianoche con un gato negro– uno de los amigos desaparece, causando una profunda tristeza en su novia April y que sus otros dos amigos (Ted y May) se regresen a Hong Kong… y que la maldición los siga hasta allá.
Una desviación notable en cuanto a sus predecesoras que personalmente me parece para el perjudique de ésta es la falta de un(a) protagonista definido. Hasta ahora no estoy seguro de si alguno de ellos es asignado como el personaje principal, y tampoco ayuda que ninguno de estos sea particularmente interesante e incluso pueden llegar a ser desagradables, aunque por lo menos los actores elevan el carisma y credibilidad de éstos… pero esto varía entre cada intérprete. Las escenas de fantasmas, siguiendo la premisa de realizarlas voluntariamente, son mucho menos sutiles y consecuentemente menos efectivas en su objetivo de asustar. Pero eso es sólo juzgar una de las facetas de la película, pues el lado cómico es igual o aún más prominente en ésta.
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Esta única escena hace que toda la película valga la pena. |
No malentiendan el enfoque de la película con hacer reír, no es que sea infantil o que sea más idealizada, sino más bien lo contrario: El Ojo 3 tiene un elemento de humor negro que, de momentos, puede llegar a considerarse perturbador. Este es el punto que más varía en cuanto a resultados, algunos de estos son simples adiciones como cuando Chongkwai descubre el precio original del libro, pero varias de estas consisten en parodias completas a lo que podrían haber sido escenas de miedo convencionales. Un paraguas flotante y una pelota de baloncesto poseída obviamente causan más risa que miedo, cumpliendo en lo de parodiar estas historias paranormales. Por mucho, la escena más hilarante es en la que Ted es poseído por el espíritu de la pelota y empieza a moverse extrañamente, topándose con dos breakdancers que interpretan esos movimientos como un reto así que empieza una graciosísima escena de un duelo de baile entre estos ingenuos artistas callejeros y un tipo poseído. Había pasado años desde la última vez que una película me había hecho reír tanto, y considerando que se trata ni nada menos que de una de terror debe considerarse como todo un mérito. Lastimosamente, mucho de los otros chistes van demasiado lejos y terminan en meras burlas de mal gusto. La escena en la que Gofei orina sobre el fantasma de un niño o en la que Ted le da una patada al niño que buscaba sus calificaciones (el cual esta vez no es un fantasma) son algunos de los ejemplos más tenues de lo que la película ofrece en cuanto a humor repulsivo.
No es difícil llegar a la conclusión que de las primeras tres entregas de El Ojo esta es la peor, simplemente es la que da menos miedo y tampoco es totalmente efectiva en lo que trata de ofrecer aparte de eso, pero tampoco creo que deban desacreditar por completo todo lo logrado con ésta. El estilo y comedia siguen siendo superiores a muchos intentos patéticos de otros cineastas de otros países de hacer lo mismo (especialmente de los estadounidenses de aquella época) y sigue teniendo ese interés cultural por el uso de leyendas locales. Está claramente alejada del estilo sincero, sutil y elegante de la primera película, pero tiene sus propios méritos y al menos no es un refrito de sus predecesoras.
Valoración: 5/10
El ojo del mal (2008)
También conocido como “Visiones” en España, es el mandatorio remake de Hollywood basado en un exitoso filme asiático, hecho o bien porque los gringos tienen el ego tan alto que piensan que pueden realizar esta idea de película mejor que los asiáticos o porque no quieren crear nuevos guiones por sí mismos. Ese prejuicio ha sido lo que me ha hecho temer el ver esta película, pero quizás no siempre el resultado sea tan malo. El remake de Ring (El Aro) estuvo bien y hasta cierto punto la versión americana de Ju-on mantiene la esencia de la original, así que por eso y porque se me antojaba en demasía ver más de esta saga, decidí darle una oportunidad…
…y resulta que mi intuición era correcta. En realidad no, de hecho resulta ser mucho peor de lo que imaginaba. Este es un intento patético de recrear la cinta original y fallando en todo lo que hizo que esa sea tan efectiva y memorable. La sincera y perspicaz dirección de los hermanos Pang es reemplazada por algunas de las escenas de terror más genéricas y sosas que verás, llena de jumpscares y fantasmas cursis y feroces. El sólido guion con sinceros y cálidos momentos de personajes desaparece a favor de diálogos ridículos y personajes desagradables, llevado a niveles abismales por culpa de una de las peores actuaciones de
Jessica Alba y una falta de entusiasmo en general por parte del resto del elenco. El cambio de calificación a PG-13 comparado con la clasificación R de la original también significa que la violencia y las escenas más perturbadoras han sido suavizadas considerablemente, con el acto final de la autopista siendo la mayor pérdida: aquí sí logran salvar a todos los pasajeros, haciendo que esta secuencia pierda por completo el impacto que tuvo la escena original.
El único punto interesante que trae esta versión es la explicación que quiere darle a la herencia de la habilidad tras el trasplante de la protagonista, sobre la teoría de que algunos órganos pueden pasar rasgos de personalidad e incluso recuerdos a otra persona luego de haber sido transferida a ésta – un reemplazo interesante de las creencias religiosas de la original. Pero aparte de eso, no hay absolutamente ninguna razón para ver este tedioso bodrio en vez de la indiscutiblemente superior versión de los hermanos Pang.
Hubo otros dos remakes hechos en India en los años 2004 y 2005, pero no creo que sean fáciles de encontrar y sinceramente no tengo nada de ganas de verlas. Quizás escriba sobre esas en otra ocasión.
Valoración: 3/10
El ojo del miedo (2010)
Incluso con el sorprendente hecho de haber recibido un doblaje latino (al igual que la tercera), esta es la entrega más ignorada de toda la tetralogía. Lo cual es injusto porque ésta no es ni por asomo tan mala como los demás quieren pretender que es. El Ojo 4 presenta un giro muy interesante a la fórmula de la saga y ofrece sustos innovadores no solo para la franquicia sino para el cine Hongkonés en general.
En aquel entonces hacer películas 3D era lo más candente, por una tarifa adicional podías ponerte unos lentes bicolor que hacían que lo que estaba en pantalla salte a tus ojos, y las empresas estaban totalmente a bordo de aprovechar eso luego del éxito bestial de Avatar – y eso es justamente lo que convenció a los gemelos a revivir esta saga a media década después de El Ojo 3 y un par de años del remake.
El nuevo estilo visual proporcionado por las escenas 3D –que de acuerdo a los directores fueron lo más difícil de realizar– logra darle el interés necesario a esta entrega, ya que a este punto debe haber sido demasiado complicado el pensar qué dirección puede tomar esta saga, considerando que la última ya mostró los modos restantes para ver fantasmas y tratar de repetir alguno de esos o los vistos en las primeras dos entregas no ofrecería nada novedoso. Por otro lado, la historia inicialmente no suena tan novedosa o interesante, tratando sobre otro grupo de amigos hongkoneses (3 chicas y 3 chicos, algunos son pareja) que en su viaje en Tailandia quedan varados ahí por culpa de las manifestaciones contra el gobierno que causaron el cierre del aeropuerto, por lo que a ellos no les queda de otra que quedarse en un hotel de mala muerte, donde empezaría la típica fiesta de figuras fantasmagóricas.
Aparte de las leves similitudes con la tercera, como un grupo de protagonistas más amplio y la ocasional escena cómica, El Ojo del Miedo vuelve a manejar sus escenas de miedo con toda la tensión y morbosidad de una película de terror tradicional, tal como en las primeras dos películas. El misterio sobre el hotel y las entidades en ésta me parecen haber sido llevadas a cabo correctamente, inicialmente haciéndonos creer que solo está el fantasma de una mujer, y que fue el sospechosamente irascible hermano Quan el responsable de eso. El espíritu de la esposa es claramente lo que ha estado acosando a los protagonistas al punto de secuestrar a los varones aproximadamente a la mitad de la película. Eso lleva a lo que para mí es el giro más interesante de la película, el cual voy a ocultar porque es algo que deberían verlo ustedes mismos: En el ático del hotel, resguardado por el hermano Quan, se encuentra un horripilante monstruo con cuerpo de niño y cabeza de perro, el cual resulta ser el hijo maldito de Quan y su esposa luego de que ésta mate a sus perros. La esposa murió por accidente luego de matar a uno de sus engendros, pero Quan mantuvo escondidos a su hijo en el ático y a su esposa en un contenedor de agua, por lo que ocasionalmente el espíritu de ella se manifiesta en el hotel, buscando a otros sujetos para tenerlos en su dimensión acartonada como sus hijos. Las escenas 3D y los mayormente buenos efectos especiales también ayudan a hacer que estas escenas den tanto miedo como puedan.
Al igual que con el El Ojo 1 y 2, la actriz principal carga sobre sus hombros gran parte de la película. Rainie es una buena protagonista, es agradable, valiente e incluso fuerte (la parte en la que vence a Ciwi poseída dos veces es posiblemente la segunda escena más graciosa de toda la tetralogía), y la lindísima actriz taiwanesa Rainie Yang la interpreta bien. Dicho esto, he de admitir que el guion no ha manejado a los otros personajes o a sus relaciones muy bien, con la pésima relación amorosa entre Luk y Rainie siendo el mayor ejemplo. Es penoso que Rainie siga interesada por ese tipo, Luk es todo un cretino a lo largo de la cinta y el actor lo muestra solamente como un insensible. Personalmente, este problema no me parece tan grave como otros dicen ya que el enfoque de la película no está en eso sino en el terror y el misterio con respecto al hotel, por lo que la película sí cumple con el género que eligió primeramente.
Dudo mucho que algún día los hermanos Pang nos sorprendan con otra secuela de El Ojo, pero tampoco me molestaría en aceptar a The Child’s Eye como el final de la franquicia. Algo que admiro de esta saga es lo mucho que cada entrega se distingue de la otra. El Ojo 2 es la más oscura, El Ojo 3 está llena de bufonadas y va más allá con el concepto de ver fantasmas, y El Ojo del Miedo aparte de traer un estilo visual innovador también hace algo más que sólo enfocarse en fantasmas. Sí un día hubiese El Ojo 5, tendría una barra alta que saltar para quedar bien comparada con la creatividad puesta en sus predecesoras.
Valoración: 7/10