miércoles, 18 de septiembre de 2024

Ab-normal Beauty / Sei mong se jun (2004)


La tan reconocida película El Ojo es el trabajo más representativo de los hermanos Pang sin lugar a dudas. Gracias a esa cinta el mundo llegó a conocer el esplendor que son capaces de crear este dúo de directores y lo que pueden aportar al género de terror. Dos años después, uno de los proyectos individuales de Oxide Pang sería otro intento honesto de mostrar lo que puede hacer con esta clase de historias. Y es que Ab-normal Beauty no es ni por asomo una repetición de lo ya visto, pues la familiaridad no va más allá de compartir el mismo género que con sus películas de fantasmas.


Todo el elemento sobrenatural, y la discapacidad física características de The Eye son reemplazados para explorar un distinto tipo de terror y tormento psicológico, y para permitir otras libertades en la forma de mostrar y desarrollar la historia. La historia se centra en Jiney, una estudiante de artes, y en la obsesión con la muerte que despierta en ella tras presenciar un accidente de auto en el que muere una mujer. La belleza ordinaria con la que consiguió elogios en sus pinturas y fotografías no logran conmover a Jiney tanto como la de capturar el momento en el que alguien pierde la vida.
 

Lo perverso de ver criaturas morir y la percepción de la protagonista de esto como algo bello es perfecto para lo que puede mostrar una película de este género. Más allá de ser violencia gratuita, Oxide Pang consigue que su minuciosa dirección en sus tomas y la atmósfera lograda sean lo atractivo (e inquietante) de estas escenas. La película evita sensatamente ser tan gráfica para no quedar como algo cursi o de mal gusto, en su lugar retándose a encontrar retratos interesantes y hasta pintorescos de la muerte, cumpliendo sin traba el título “Belleza Anormal”. El mejor ejemplo del ingenio y elegancia de Oxide Pang al elaborar momentos inquietantes sería cuando Jiney pinta una línea de sangre en el retrato que hacía de una chica. Esas expresiones se van haciendo cada vez más intensas y macabras, llegando a incluso fotografiar el pleno suicidio de alguien y tratar de meter a alguien más en su loca obsesión. Todo lo conseguido con estas escenas son otro éxito de la maestría de Oxide Pang en relatar una historia visualmente sin tener que depender del diálogo.


Otro aspecto en el que el filme coincide con los trabajos anteriores de Oxide Pang está en cómo maneja a sus personajes, con intensas emociones y dándole un mayor enfoque al personaje principal. En sus dos dramas en Bangkok seguíamos la historia de alguien que fue mal encaminado al crimen por el resentimiento de haber sido marginado desde la infancia, y las protagonistas de El Ojo y su secuela tenían que lidiar con pérdidas y otros tormentos además de los encuentros sobrenaturales. El trasfondo que Oxide escribió para esta protagonista sería discutiblemente más aborrecible por el punto que opta como catalizador, incluso si es menos violento que lo ya visto. Jiney ni siquiera parece más trastornada para los demás o para la audiencia al principio. Su repentina atracción por la muerte es el lado perverso que descubrimos de ella, y a pesar de que en cierto punto parecería que ese lado es su verdadero ser, tampoco parece que sea meramente sadismo ya que vemos que ella contempla el matarse a sí misma y después muestra remordimiento y temor de que podría hacerle daño a alguien. El evento traumático que causó este trastorno en ella, tal como se va revelando a lo largo de la película, es que de niña fue abusada por un chico mientras estaba descuidada por su madre, y que lo mató sin que alguien más sepa.

Aprecio el sentimentalismo puesto en contraste a la crueldad que presenta el resto de la obra, pero por lo mucho que Ab-normal Beauty utilice el corazón debidamente, lamentablemente no tiene buenas respuestas para los problemas que presenta. La resolución a la obsesión de Jiney llega muy abruptamente y no resulta satisfactoria para algo que la película ya dedicó tanto tiempo en exponer. El último acto que introduce a un antagonista que trae de vuelta la violencia tampoco termina en elaborarse lo suficiente por lo poco que se explica al respecto sobre este, contribuyendo a lo poco que la película termina en conectar o cerrar sus temas satisfactoriamente. Es una pena que el guion no alcance la grandeza del resto de los elementos de la película, ya que ésta en todo lo demás es uno de los trabajos más llamativos y creativos que ha hecho Oxide Pang y que de haber sido más consistente hubiese traido más reconocimiento al talento especial de este director para esta clase de películas.

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