Episodios 48 – 53
Las esferas del dragón… no tan sorpresivamente no son lo que más mueve la historia de las series con “Dragon Ball” en el nombre. Akira Toriyama quería poner “Dragón” en el nombre de su obra por ser esta una palabra que aparecía frecuentemente en muchas de las películas de artes marciales que tanto le encantaban (como “Operación Dragón” de Bruce Lee). Así que varios elementos característicos de la serie, como las inspiraciones a
Viaje al Oeste e incluso las esferas del dragón fueron más bien adiciones tardías que fueron sugeridas por el editor de Toriyama. Sensei solo tenía planteado que quería hacer una historia de aventuras y artes marciales, y ese ha sido su mayor enfoque durante el transcurso de la creación de la obra. Dragon Ball siempre se ha tratado sobre Goku, sobre su jornada y crecimiento como guerrero, y a medida que la serie evolucionaba hacia esta historia sobre peleas exageradas de semidioses, el protagonismo que tenían las esferas fue desvaneciéndose cada vez más.
De lo que más me ha gustado resaltar en esta retrospectiva ha sido cómo esta serie trata de darle cierres a algunos conceptos introducidos en sus predecesoras, como que la saga de Baby tenga una especie de reflexión sobre lo que fueron e hicieron los saiyajin, o lo que fue de los tsufurus, además de darnos la forma definitiva de la leyenda del súper saiyajin. La saga de Super 17 aprovechó ese infierno inventado para el relleno de DBZ y nos dio un montón de fanservice al traer a todos esos viejos villanos y hacer que los héroes puedan vencerlos una vez más. Así que el concepto detrás de esta última saga de la serie sería remontarnos a ese mismo elemento que fue central para la primera saga del primer Dragon Ball. El guionista Atsushi Maekawa explica que la razón por la que las esferas del dragón son el último enemigo de esta historia es para mostrar que uno debe afrontar y superar sus problemas con su propia fuerza – en todas las sagas anteriores los personajes han usado estos aparatos mágicos para corregir cualquier error o tragedia que les haya aparecido, pero ahora tendrán que enfrentarse a siete dragones que son las manifestaciones de aquellas cosas que “arreglaron” usando esas esferas, y esta vez tendrán que vencerlos usando su propias manos en vez de con la ayuda de Sheng Long. Inclusive los daños en los lugares, que también eran restaurados con los deseos, ahora permanecen luego de las batallas y tendrán que ser arreglados por la propia gente.
La verdad no creo que haya una mejor idea para un antagonista final de Dragon Ball que las propias esferas del dragón. Considerando su prominencia y, eventualmente, devaluación a lo largo de la historia, ya era hora de volver a imponer respeto a los objetos que dan nombre a la serie. Solo miren cómo Dragon Ball Super las ha ridiculizado, no hay nada más patético y sin gracia que Bulma pida arreglarse las arrugas o el culo. Vamos Toriyama, esfuérzate más en tus chistes, sé que puedes escribir cosas mejores.
(Y que revivan de una vez a Kaiosama…!)
Hablando de deseos que desearías que no fuesen canónicos, es momento de hablar de un problema acerca de la continuidad que Dragon Ball GT ha “tratado” de plantear. Está bastante claro que esta serie es una secuela del anime de Dragon Ball Z que ha hecho Toei, y que por ello utilicen elementos no pertenecientes al manga de Toriyama, como los tsufurus, pero podría ser que vaya aún más allá de eso. He visto a algunos fans afirmar que las películas de Dragon Ball Z también son canónicas para GT, o al menos algunas de éstas. Las mayores piezas de evidencia son la aparición de Cooler entre villanos que regresan del infierno, y que en el opening Trunks utilice una espada, lo cual es una alusión a Trunks del futuro pero bien podría ser la que le dio Tapion en la treceava película. El problema con estas películas es que en la mayoría de estas los personajes hacen un deseo con las esferas del dragón, y que esta saga muy minuciosamente ha elegido los deseos realizados en la historia canónica de Dragon Ball y Z, por lo que si las películas fuesen canónicas entonces también deberían contar esas veces que usaron las esferas también, lo cual no es así.
Los rivales más poderosos tiene muchos problemas encajando en la continuidad de Z por lo que automáticamente queda descartado como canónico, mientras que en
El ataque del dragón no solo utilizan las esferas una vez, sino que no tendría sentido que la espada sea la de Tapion porque si asumimos que Trunks del futuro también la obtuvo de él, no tendría sentido porque en su línea temporal no hay nadie que pudiese haber vencido a Hildegan. Cada una de las películas tiene algo que evite que puedan ser canónicas hasta para Z o GT, por lo que creo que está bastante claro que ninguna lo es y que todas esas pequeñas apariciones son simples inconsistencias. (Y por eso mismo Super tampoco puede ser parte de la misma continuidad que GT, ahí ya han usado las esferas como una docena de veces.)
Ahora, por más que me gustaría decir que esta saga hace un mucho mejor trabajo que la primera en aprovechar este elemento nostálgico de las esferas del dragón, la realidad es que volver a ver el principio de esta saga no me ha gustado tanto como cuando era más joven. El shock que causa ver que esto le haya pasado a las esferas es inmenso, y esas hermosas secuencias de esos dragones sombríos yendo a varios lugares del planeta (cortesía de la dirección de Mitsuo Hashimoto) también causan una gran primera impresión… pero el verdadero contenido de esta saga, al menos al principio, es sorprendentemente aburrido. Luego de lo atrapante que fue la saga de Baby, seguida inmediatamente de la corta pero bastante entretenida saga de Super 17, estos episodios arruinan por completo la buena racha que tenía la serie. Esencialmente volvemos a cómo era la primera saga con episodios en los que Goku y Pan pelean contra monstruos de la semana alfeñiques y nada interesantes y… bleh. Bueno, estoy viendo un anime, así que supongo que debí esperármelo.
Lo único que quiero discutir sobre estos episodios es este extraño momento. Indiscutiblemente uno de los anti-feats más mencionados por detractores de la serie, y uno de los más desesperados. La verdad, que la serie decida mostrar a Goku teniendo que transformarse a su fase más poderosa para mover un edificio como una demostración del poder del personaje es absurdo, pero esta es una de las consecuencias del grave problema que tiene Dragon Ball en general en cuanto a su inconsistencia al calcular y demostrar el poder de los personajes. Desde el primer Dragon Ball se ha mostrado que los personajes son capaces de destruir ciudades enteras de un solo disparo, y la serie ha avanzado a tal punto que incluso vimos personajes destruir cuerpos celestes, pero cuando vemos a los personajes pelear casi nunca se refleja eso. Si los personajes realmente tuvieran dicho poder, cualquier golpe que den debería causar daños devastadores a los planetas en los que están, o incluso destruirlos, pero la serie insiste en que sigamos viendo a los guerreros peleando de la misma manera. (¿Quién dice que Cell realmente puede destruir un sistema solar? Nunca vimos a ese tonto destruir ni una estrella, Naruto podría ganarle.) Y para los que usan esto para debates de GT vs Super, ¿se acuerdan de cuando un láser corriente atravesó a Goku ssj blue? ¿Qué hay de todas esas ridículas escenas de entrenamiento en las que a Goku le cuesta levantar unas cuantas toneladas? Y podría pasarme toda la tarde enumerando más anti-feats como que a Goku ssj dios le duela que Broly lo golpee contra el hielo, o esta
obra de arte.
Episodios 54 – 59
Cuatro estrellas, Si Xing Long, Nuova o como quieran llamarle, es obviamente el primero de los enemigos de este arco que realmente valen la pena discutir. Uno de los pocos dragones malignos que suelen aparecer en los videojuegos, este bicho se ganó su fama entre los fans por unas buenas razones. Su imponente diseño y su actitud (de la que hablaremos en un rato) claramente lo hacen resaltar de inmediato, pero personalmente también diría que esa particularidad de que su poder se base en el fuego lo vuelve un enemigo bastante único entre los de todo Dragon Ball. Hay una gran cuestión sobre si los guerreros de Dragon Ball siguen siendo vulnerables a ataques elementales a pesar de lo inmensamente poderosos que son. Pensándolo lógicamente asumiríamos que para este punto no deberían serlo, digo, no creo que algo de fuego sea más destructivo que la bola que Freezer usó para destruir un planeta, pero hay algunas instancias que indican que sí pueden afectarlos. Está el hecho de que algunos villanos fueron aniquilados lanzándolos al sol, o algunos otros momentos extraños en los que los personajes le tienen miedo a esas temperaturas (como cuando Goku cree que no sobreviviría en el núcleo de la tierra en DBS). Yo creo que realmente no son débiles a los ataques elementales, al menos no a los de una potencia mundana. Para mí que esos villanos murieron por el daño del ataque que los empujó al sol en vez de la temperatura del sol. En Super incluso vimos a Goku y Broly pelear bajo lava, mientras que otros de los pocos ataques elementales en la serie (como ese ataque eléctrico de Roshi) son obviamente potenciados enormemente por el ki del luchador, incluyendo las técnicas de fuego y hielo de los dragones de estos episodios.
Por otra parte, siento lástima por el estudio Last House. Claramente Toei entiende la dura situación en la que se encuentran (con prácticamente solo Masayuki Uchiyama trabajando ahí), por lo que les asignaron un episodio que consiste totalmente en escenas de dialogo y escenas recicladas de series anteriores. Hicieron lo que pudieron, y de todos modos no hay mucho que comentar de lo que pasa en ese episodio. Bulma dice que puede hacer que Vegeta obtenga la fase cuatro volviendo a usar la máquina que usaron para volver Oozaru a Baby Vegeta, lo cual ya lo sabía pero no es una mala manera de emocionar a los que ven la serie por primera vez.
Después de eso, empieza la pelea entre Nuova y Goku SSJ4. Lo mejor es la química entre ambos, con esa madurez del Goku SSJ4 y el respeto con que se tienen mutuamente, es refrescante ver una pelea seria y honorable luego de tanto tiempo. Por desgracia, nuevamente la sosa coreografía de la pelea falla en hacer que esta pelea sea tan cautivante como debería. La batalla ni siquiera dura mucho como para tener más oportunidades de impresionar, porque es interrumpida por otro macarra impaciente. (Vamos, nos dieron más episodios completos para esos otros dragones aburridos. Caramba.)
Aunque no quiero decir que las cosas se vayan abajo, para nada. Siempre me gustó Tres estrellas tanto como su hermano y creo que su inclusión trae otra refrescante dinámica entre personajes. Me encanta cuando la serie te hace odiar al villano, y que este granuja venga a interrumpir esta pelea limpia, y use esas tácticas sucias contra ambos es excelente. Ese pequeño drama de una confrontación entre hermanos, ambos de una especie maligna, ya me trae de vuelta a esa emoción que tenía DBZ (particularmente en las primeras sagas). Incluso tenemos una demostración interesante de la habilidad de Goku, eso de que las técnicas no vuelvan a funcionar en él tiene sentido considerando toda la experiencia que tiene en peleas, y es algo que me había impresionado mucho cuando era niño. Una aún mejor demonstración de la habilidad de Goku fue ese épico momento en el que, después de ser cegado por un ataque a los ojos, Goku consigue contraatacar a otro ataque sorpresa usando sus otros sentidos, finalizándolo con un golpe del dragón. La escena es ASOMBROSA y de los mejores momentos del personaje.
El estudio Seigasha realmente se lució con esto, y por suerte el resto del episodio seguiría con otras escenas impresionantes. Apropiadamente, en este mismo episodio es introducido el dragón de Una estrella, el enemigo final de esta serie. En su primera aparición nos demuestran que es igual de desalmado que Tres estrellas (al llegar a matar a uno de sus hermanos) y que su poder lo vuelve alguien a quien temer. Atsushi Maekawa también consigue que esta repentina pelea sea interesante al hacer que Goku empiece con una desventaja (sigue cegado por el ataque de San Xing Long) y que por una vez los luchadores aprovechen lo que hay en el escenario (ese parque de diversiones en ruinas). Otra escena impresionante, prueba de la destreza del estudio Seigasha, es cuando Goku le lanza un Kamehameha x10 a Una estrella y este lo recibe como si nada.
Luego de que ese episodio dejase a Goku en una nefasta situación, el plot armor vuelve a entrar en acción y el resto de los Guerreros Z (incluyendo a Milk, Videl y Mr. Satán) aparecen para salvar al protagonista, porque justo ahora se dan cuenta del peligro de esta situación. Así que estos recurren a un método usado anteriormente en la serie: que los saiyajin le den su poder a Goku; lo cual funciona y con este nuevo poder el saiyajin ciego finalmente hace justicia por todo lo que ese villano le hizo a Nuova y a cualquiera de sus otras
no-mostradas-pero-seguro-que-existen víctimas.
- Por lo general no me gusta cuando los fans se inventan una “mejor” versión de la historia de la serie que los guionistas y productores profesionales, pero recuerdo un comentario de alguien que decía que esta saga hubiese sido más interesante si hubiesen hecho que los Guerreros Z se dividan para que cada uno se enfrente a alguno de los dragones malignos por separado. Esa quizás podría haber sido una forma de darle un momento de brillar a estos personajes que la serie no ha aprovechado muy bien (especialmente a Uub).
- Al menos aprecio que esos amigos vengan a apoyar a Goku para su última gran pelea. Qué conmovedor.
- Una estrella sobrevive al ataque y acto seguido absorbe el resto de las esferas para llegar a su forma definitiva: Omega Shenron, el villano más poderoso de Dragon Ball GT. Como es obligatorio dar mi opinión de él para completar esta retrospectiva lo voy a decir ahora mismo: Omega nunca fue exactamente uno de mis villanos favoritos, pero me agrada lo suficiente. Él es prácticamente otro Kid Buu en el sentido de que su personaje es enteramente la personificación del mal, e incluso con la distinción de que éste sí puede hablar, su falta de otras caracterizaciones o actos malignos evitan que sea muy memorable o interesante. Pero su diseño demoníaco es genial, su fuerza es tremenda, lo de usar los poderes de los otros dragones es brillante y muy bien utilizado, y no se queda en la serie por demasiado tiempo como para que te canses de él, por lo que está chévere.
La batalla continúa y algunos de los mejores talentos son traídos para complementar estos momentos importantes. Omega hace un espectáculo al utilizar las habilidades de sus hermanos absorbidos (me gusta en particular esa imagen de Cuatro estrellas cuando usa su poder) lo cual se ve bien pero es casi completamente inútil porque que el saiyajin ya se adaptó a éstos. Más importante aún, los ojitos de Goku por fin se sanaron por lo que se le ocurre la *impactante* estrategia de fingir no poder ver pero en realidad apuntar su kamehameha correctamente, atinándole y causándole… cero daño. Pero esperen, resulta que Goku hace un combo al dar un golpe del dragón por tercera vez en esta serie. Qué importa que ya hayamos visto esa técnica hace dos episodios, si Toei sabe que esta sexy técnica no canónica probablemente no será usada en muchísimos años será mejor que aprovechen mientras pueden mostrarla. La dirección de Yoshihiro Ueda y la animación de Tadayoshi Yamamuro logran otra de las mejores escenas de la serie visualmente.
Este glorioso ataque vuelve añicos a Omega, pero con el poder del dragón eléctrico consigue recomponerse y volver a pelear. Ahora, esto me hace preguntarme si Omega también es débil al agua como ese dragón (si tuviese que adivinar, diría que probablemente no). Tampoco estoy seguro de si su regeneración es tan buena como la de Majin Buu, por la forma como lo hace parece ser un proceso más lento. Al menos es suficiente como para que Goku recurra a intentar volarse para destruir al dragón. Me encanta esta noble caracterización de Goku, entendiendo que su sacrificio y la muerte de este monstruo podrían salvar el universo… pero no creo que esa explosión sea capaz de matar al dragón. Por suerte Vegeta llega a tiempo para que no perdamos a nuestro protagonista por una tonta decisión, e inmediatamente ejecutan ese plan de usar esa máquina de ondas de Bulma para que Vegeta se vuelva un mono gigante otra vez y posteriormente un súper saiyajin cuatro.
Hay una gran cantidad de fans que han criticado el hecho de que Vegeta use una máquina para transformarse en super saiyajin 4, diciendo que “hizo trampa” al no hacer el mismo procedimiento que hizo Goku, y algunos llegando a decir que no es propio de Vegeta. Primero que nada, estamos hablando de Vegeta, el mismo sujeto que para hacerse más fuerte ha recurrido a métodos como crear una luna artificial, o dejar que Krilin lo atraviese con un rayo para que pueda curarse y abusar del zenkai. El príncipe siempre ha usado los métodos más eficientes para conseguir esos incrementos de poder, él usa las armaduras que le hizo Bulma y uno de sus formas de entrenar más frecuentes es la de meterse en una sala de gravedad artificial. Si me preguntas, no creo que ir al planeta del supremo Kaiosama a que éste use unas pinzas para sacarle la cola de nuevo hubiese sido algo que vaya bien con el personaje de Vegeta.
Realmente adoro que la serie nos de otro super saiyajin cuatro en este punto tan tardío. Esta transformación siempre fue de mis favoritas, y por más que GT no le haya dado tanto protagonismo a Vegeta como sus fans querían, al menos podemos decir que en esta serie ambos personajes acabaron con una no muy grande diferencia de poder entre ellos. Vegeta reconoce que incluso con esta nueva transformación no serán capaces de vencer a Omega Shenron, por lo que sorpresivamente le propone a Goku hacer la fusión. Es… una verdadera lástima que no veamos a Vegeta SSJ4 tener una pelea por sí mismo, pero esto de pasar directamente a la fusión es una gran demonstración del desarrollo de su personaje y a la serie le conviene anunciarnos el regreso de la fusión (que tanto les encanta a los fans) para mantenernos enganchados para el siguiente episodio, del que hablaremos en la próxima y última parte de esta retrospectiva.
Como última nota, el cuarto ending de la serie definitivamente me parece el menos bueno, especialmente viniendo después de los excelentes dos anteriores. “Sabitsuitai machine gun de ima uchinukou” de hecho es bastante decente, aprecio esta sincera melodía nostálgica por parte de los para entonces ya longevos WANDS, aunque la menor energía que tiene a comparación de sus predecesoras no le ayuda mucho. Las secuencias animadas son mi mayor problema con este ending, tanto Don’t you see como Blue velvet nos dieron secuencias e ilustraciones mucho más creativas e inspiradas sobre la trayectoria y las amistades que hizo Goku en su jornada, así que esto de mostrar unas animaciones de Gokus de diferentes épocas caminando se siente como si ya se les hubiese acabado las ideas. Aparte, ¿qué onda con esta imagen del final? Piccolo está ahí, Uub no está fusionado con Buu, y Goku por algún motivo usa el traje que usaba en el final de Z en vez del que usa en GT, por lo que esto debe ser de algún momento antes de empezar la serie, pero Giru está ahí por alguna razón así que… al carajo. Creo que es mejor si dejo de sobre-analizar esta cosa.