domingo, 12 de septiembre de 2021

Retrospección: Godzilla Final Wars

 *Esta entrada fue originalmente publicada el 23 de diciembre de 2019 en Kaijupedia -Mundo Entre Bestias- 



"Habrá otra película de Godzilla en el futuro, pero podría venir de una nueva generación y ser algo completamente nuevo... algo más allá de nuestros tiempos... Quizás haya alguien ahí quien es solo un niño ahora y que crecerá y creará al nuevo Godzilla. O quizás sea una producción internacional con un director americano, un productor japonés y un actor chino."
-Shogo Tomiyama

El 13 de diciembre de 2003, el día en el que Godzilla Tokyo S.O.S. se estrenó, Toho anunciaría planes para el 50 aniversario de Godzilla. Este nuevo proyecto, titulado tentativamente como The Godzilla, estaba terminando su preproducción a mediados de diciembre. Algunos asumían que la siguiente película sería una secuela de la anterior, finalmente poniendo a Godzilla a luchar contra otro Godzilla, pero ese nunca fue el caso. El productor Shogo Tomiyama, quien fue promovido a presidente de Toho en abril de 2004, mencionó que Godzilla Tokyo S.O.S. terminaría la saga Kiryu. La siguiente película sería un proyecto completamente distinto. "Hemos hecho todo lo que pudimos para mostrar a Godzilla, inclusive usando tecnología de gráficos a computadora, sin embargo no hemos podido atraer nuevos fans" Tomiyama reflexionó "Por lo que la película del 50 aniversario será algo especial, algo de lo mejor, y terminará ahí." Cuando Toho rechazó la propuesta del director Masaaki Tezuka para dirigir el siguiente proyecto, la cuestión sería quien sería el encargado de la celebración del 50 aniversario de Godzilla.

Ryuhei Kitamura era el nuevo, joven y popular director que estaba llamando la atención en Japón. Un forajido del cine japonés, el joven Kitamura faltaba a clases para irse a ver películas en la década de los setentas. A la edad de diecisiete años él abandonó la escuela para ponerse a estudiar cinematografía en Australia. Después del resultado irregular con su película Versus (2000), él volvería a dirigir dos películas más cinéticas e inusuales, Alive (2002) y Aragami (2003). Cuando él impresionó a Toho ganando el premio de la Academia Japonesa en 2003 por la película Azumi, Kitamura se volvió uno de los directores más populares de Japón. En mayo de 2003, él recibió la llamada de Tomiyama.


Entendiblemente, el entusiasmo de Kitamura también contaba con algo de escepticismo. Por una parte él parecía tener una apasionada admiración por la década de los setenta. "Yo amaba las películas de Godzilla setenteras" él confesó "Las películas de Godzilla de aquella época no eran solo películas de monstruos... estas siempre tenían mensajes y temas que reflejaban el tiempo y el mundo en el que se hicieron, y se combinaban tan bien con el espectáculo de monstruos." Él mencionó que Godzilla contra MechaGodzilla (1974) era su favorita y llamó a la oferta de dirigir la película "final" de la franquicia una "oportunidad única en la vida."

Sin embargo, su opinión con respecto a todo lo que Tomiyama había producido era muy negativa. "Fueron geniales en aquella época, pero después de los 80s, todas fueron una mierda," Kitamura criticó "Ustedes se olvidaron de actualizarse y siguieron repitiendo la misma fórmula una y otra vez." Tomiyama había reconocido que había "cometido errores" en el pasado y le pidió a Kitamura que hiciera algo único en esta ocasión.


Kitamura también detestaba el reciente enfoque al público infantil de la franquicia. "Las últimas tres películas de Godzilla fueron mostradas junto a animaciones para niños. ¿Por qué alguien querría ver una película de Godzilla si esta va a ser mostrada junto a una rata animada?" Aunque la observación de Kitamura con respecto a la involucración de Hamtaro (con GMK, Godzilla X MechaGodzilla y Godzilla Tokyo S.O.S.) era correcta, su deseo de hacer una película como las de la década de los setenta contradice sus propias palabras. Desde 1969 a 1975, las películas de Godzilla eran producidas para festivales infantiles de Toho. Estas fueron mostradas junto a otras películas cortas, muchas de estas fueron animadas.

Eventualmente se daría a conocer que la admiración de Kitamura hacia las películas antiguas de Godzilla era sardónica. "Solo la primera (Godzilla 1954) fue una obra maestra y esa fue algo diferente," Kitamura afirmó "pero luego de eso, en los 70s Godzilla era muy divertido, ocurrían muchas cosas tontas e hilarantes." Aunque él no está completamente equivocado, sus contemporáneos han sido más entrañables y analíticos con respecto a la franquicia y a sus puntos negativos. Algunos historiadores de cine han dicho que las críticas de Kitamura hacia la franquicia son desdeñosas e irrespetuosas. Ignorando lo que Kitamura siente con respecto a la franquicia, él estaba convencido de que haría una gran película. Su objetivo era que los jóvenes les digan a sus novias, "Oye, el nuevo Godzilla se ve genial. Vamos a verlo."


La idea original de Kitamura, aparentemente inspirada por la película Riesgo en el Aire (1997), era que un grupo de convictos se enfrentara a Godzilla. "Era una idea interesante, pero todos parecían ignorarla," Kitamura recordó. Mientras él estaba dirigiendo Sky High (2003), Tomiyama había contratado a Wataru Mimura (Godzilla X MechaGodzilla) para idear otra historia. Mimura había trabajado en la historia de The Godzilla por casi un año hasta que Kitamura llegara para trabajar en la película. Cuando los dos finalmente se conocieron, la asociación resultó difícil. "Supongo que a él no le era fácil trabajar conmigo," Wataru recordó. "No nos habíamos conocido antes."

Cuando Kitamura finalmente se unió al equipo de producción ya se tenían ocho monstruos elegidos para la película. Este número no parecía convencerle. "¿Por qué solo ocho? Necesitamos más... ¿cuál ha sido el mayor número de monstruos?" Kaiju Soshingeki (1968) mantenía el record con once monstruos. Con la intención de batir ese record, Kitamura y otros miembros de la producción optaron por agregar aún más monstruos. Entre estos se encontraba King Caesar, el guardián de Okinawa de la película favorita de Kitamura, Godzilla contra MechaGodzilla. El guion de Wataru Mimura después fue pasado a uno de los escribas de Kitamura, Isao Kiriyama (Azumi, Sky High). Las adiciones de Kiriyama mayormente consistían en ajustar a los personajes y el dialogo para encajar con el estilo de Kitamura.


Nuevamente Shinichi Wakasa sería contratado para construir catorce monstruos. Shinji Nishikawa, quién había diseñado a Godzilla Jr y a Kiryu sería el que diseñaría la gran mayoría. Kitamura también contrató a los diseñadores de renombre Katsuya Tereda (Blood The Last Vampire) y a Yasushi Nirasawa (Kaizoku Sentai Gokaiger, Kamen Rider Den-O) para diseñar a Monster X y a Gigan respectivamente. A pesar de los numerosos cambios realizados a los monstruos clásicos, el único kaiju sin algún cambio notable en su diseño sería el monstruo titular. "Esa fue la creación de mi compañía," Wakasa confirmó "Me basé en el Godzilla Heisei, en MosuGoji y en el de 1954. Creo que el nuevo traje fue una buena combinación de todos esos."

Debido a la vasta cantidad de monstruos por construir, la compañía de Wakasa fue incapaz de manejar todos los kaiju. Su equipo se encargó de Godzilla, Rodan, Anguirus, Minilla, Monster X y de la remodelada marioneta de Mothra de Tokyo SOS. La popular compañía Cinq Art se encargó de Ebirah, Kumonga y Kamacuras, mientras que Star Train se encargaría de Gigan y Hedorah. El Godzilla de TriStar, ahora renombrado como "Zilla", sería mostrado enteramente por CGI. Desafortunadamente, debido al corto presupuesto, falta de tiempo y las botargas recientemente adelgazadas, ya no habría espacio para innovación animatrónica. El expresivo Godzilla visto en GMK y Tokyo SOS ya no estaría presente en esta entrega.


El 3 de marzo de 2004 se reveló que la nueva película llevaría como nombre Godzilla Final Wars y que esta se estrenaría el 11 de diciembre de ese año, aunque terminó estrenándose una semana antes. La filmación principal empezaría en mayo con el equipo en Sidney, Australia. La producción continuaría hasta finales de noviembre con más locaciones en Nueva York, París y Shanghái. Las filmaciones de julio en Shanghái requerían más de doscientos extras. Siendo la única producción de Toho filmada en países no asiáticos, a Kitamura le fue otorgado aproximadamente 20 millones de dólares para completar la cinta. Esta fue de lejos la película de Toho más costosa hasta esa fecha, por lo que el presupuesto tuvo que ser distribuido cuidadosamente. El gigantesco presupuesto fue repartido a cuatro equipos de producción siendo estos las tomas con los actores principales, las filmaciones en países extranjeros, y dos equipos de efectos especiales.

Eiichi Asada había probado ser un director competente, quizás incluso un artesano magistral en Godzilla Tokyo SOS. Sin embargo, él no tendría mucho tiempo para mejorar en Final Wars. Ya que el presupuesto había sido dividido para cuatro equipos diferentes, con mucho de este yendo para las costosas filmaciones en otros países, Asada tendría que esforzarse para siquiera terminar su material a tiempo. Resulta interesante que algunas de las mejores tomas de la película hayan sido directamente copiadas de Tokyo SOS. Por ejemplo, cuando Gigan es derrotado por Mothra en el clímax de la película sus brazos de motosierra caen directamente al suelo de forma idéntica a como caen los cañones de muñeca de Kiryu. La toma es tan similar que resulta imposible no capturar el mismo realismo de Tokyo SOS en esa escena. Pero de cierta forma muchas de las peleas kaiju carecen de la misma sensación de peso de sus antecesoras. El actor de traje de Godzilla, Tsutomu Kitagawa, había coreografiado muchas de las peleas de monstruos e incluso fue acreditado como asesor de acción en traje. Capturar muchas de las acrobacias alocadas de Kitagawa, las cuales incluían a Godzilla saltando como un portero de fútbol, habían sido difíciles de filmar convincentemente para Asada.


A medida que pasaba el año algunos talentos externos habían sido invitados para la celebración de medio siglo de Godzilla. Keith Emerson había sido contratado por Kitamura para componer la banda sonora luego de haber asistido a uno de sus conciertos. "Solo podía sentirme enaltecido por ser invitado a componer música de un personaje tan icónico y legendario." Dijo Emerson, a quien se le dio el corto plazo de dos semanas para componer la banda sonora. Gran parte de la música también fue compuesta por el compositor, y amigo de la secundaria de Kitamura, Nobuhiko Morino (Versus). Daisuke Yano (Alive) también contribuyó con la música, específicamente con el nuevo tema de Godzilla. La banda de punk rock canadiense Sum41 recibió una gran remuneración por la breve inclusión de su reciente canción "We're All To Blame" de su álbum de 2004, Chuck. El diseñador de títulos Kyle Cooper, conocido por su trabajo en Se7en, los siete pecados capitales (1995), El Hombre Araña (2002) y la saga de videojuegos Metal Gear Solid, se encargó del título de Final Wars. Cooper volvería a la franquicia en 2014 para diseñar el título de Godzilla de Legendary.

El 14 de agosto, un boletín informativo aparentemente había confirmado que Godzilla Final Wars se estrenaría en Estados Unidos. Este y otros eventos fueron posteriormente confirmados mientras el rey de los monstruos recibía una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Resultaba casi imposible no sentirse emocionado por Final Wars. La celebración del 50 aniversario de Godzilla fue tratado con tantas gravitas trascendentales que parecía que casi nadie prestaba atención a todos los malos augurios de lo que estaba por suceder.

Ryuhei Kitamura y Shogo Tomiyama junto a FinalGoji

La película hizo su estreno mundial el 29 de noviembre de 2004 en un cine en Los Ángeles, California. Inmediatamente después de que el sueño terminara. La recepción por parte de los críticos fue mayoritariamente negativa y la reacción de los fans no fue diferente. Pronto tendría que lidiar con las audiencias japonesas y el resultado no estaría a favor de Toho.

Muchos culpan a Kitamura por el resultado de Final Wars. Él intencionalmente había creado una película carente de sentido. Sintiendo que Godzilla no necesita metáforas o relevancia cultural, él solo se enfocó en inyectar altas dosis de adrenalina a la pantalla. Dicha acción se siente cursi y autocomplaciente, ya que la "guerra final" de Godzilla incluye más artes marciales (algo característico de las películas de Kitamura) que monstruos librando una guerra.


La película de forma superficial se siente como una oda a los clásicos tokusatsu de Toho. La verdad es que las variables como Gotengo, Gorath y la gente del planeta X (Xilians) son meramente referencias a aquellos tiempos, no tributos. De cierta forma se puede decir como defensa a la película que esta es una sátira al género, pero incluso si ese fuese el caso, ¿a qué se supone que está satirizando? La película está repleta de batallas de monstruos inconvincentes y exageradas, actuaciones cuestionables y grandes huecos argumentales. Si tomar todas las debilidades de la franquicia y burlarse de estas es la idea de Kitamura de cómo debería ser una película de Godzilla, entonces Godzilla Final Wars ejemplifica lo que los críticos occidentales acusan a la franquicia de ser: Godzilla es solo espectáculo descerebrado.

Mientras que Roland Emmerich y Dean Devlin (Godzilla 1998) habían ridiculizado al personaje de Godzilla, Kitamura parecía tener un odio por el modus operandi de la franquicia. Re-visionar una película de Godzilla como una de acción está bien, pero drenarla de todo su profundidad en un intento de crear la "mejor" película de la franquicia muestra una falta de entendimiento. Inadvertidamente o no, dicho desdén a Godzilla, especialmente en su 50 aniversario, no pasó desapercibido. "Yo personalmente siento una sensación de desprecio hacia el personaje y a su audiencia por parte de Kitamura en Godzilla Final Wars," dijo el historiador Ed Godzizewski "En lugar de una celebración por el personaje y una despedida por su 50 aniversario, lo que obtuvimos fue una autocomplaciente, copia de Matrix, 'película de acción' que parecía de mala gana incluir monstruos gigantes."


Después de toda la emoción que Toho y Tomiyama habían causado por el gran final del rey de los monstruos, Godzilla Final Wars no cumplió con las expectativas. La película no tuvo oportunidad contra El Increíble Castillo Vagabundo de Hayao Miyasaki y se volvió el mayor fracaso de la Era Millennium. A duras penas obteniendo de vuelta la mitad de su presupuesto, Godzilla Final Wars tan solo vendió un millón de entradas, esto la vuelve la tercera película menos atendida de toda la franquicia. Aunque Toho tenía la esperanza de que un lanzamiento internacional pudiera aumentar los ingresos, no se pudo llegar a un acuerdo.

Kitamura se mudaría a Estados Unidos en un intento fallido de empezar su carrera como director en Hollywood. Él aún sigue haciendo películas en Japón, como la reciente adaptación a live action de Lupin The Third. Tomiyama continuaría produciendo películas como presidente de Toho hasta el 31 de marzo de 2010. Muchos miembros del equipo de producción de la Era Millennium de Godzilla pasarían a trabajar en otras producciones tokusatsu, particularmente en las Ultraseries.


Una era había llegado a su final. Toho, mostrando que hablaba enserio cuando decía que Final Wars sería la última película de Godzilla, se deshizo de la "gran piscina" usada para escenas en el agua. Godzilla había terminado, el arte del tokusatsu estaba muriendo y Japón estaba sintiendo una fatiga hacia el género daikaiju. Aun así, Shogo Tomiyama aún tenía esperanzas por el futuro de la franquicia. "Mientras Godzilla siga entreteniendo a la gente, Godzilla será revivido por una nueva generación de cineastas en el futuro." Y tenía razón...

Yoshimitsu Banno, director de Godzilla vs. Hedorah (1971), había recibido la aprobación de Toho para crear su propia película de Godzilla, sin embargo, estos se habían rehusado a financiar su proyecto. La película cancelada de Banno, Godzilla 3D To The Max fue prevista como una película de 40 minutos con efectos especiales por Eiichi Asada. La historia iba a involucrar a los atentados del 11 de noviembre de 2001 y Godzilla lucharía contra un nuevo monstruo llamado Deathla. La persistencia de Banno por hacer esa película eventualmente lo llevaría a Legendary Pictures. Legendary no estaba interesado por su idea, pero les llamó la atención la posibilidad de producir su propia versión de Godzilla. Y como dicen, el resto es historia.


La Era Millennium quizás no haya sido la representación más agraciada de la franquicia de Godzilla, pero es fascinante de ver por esa calidad que nunca llegó a conseguir. Mientras que las películas de la Era Heisei fueron un éxito al encontrar su nicho y repetir la misma fórmula una y otra vez, la redundancia las hizo envejecer mal. El fracaso de la Era Millennium es más interesante debido a la combinación de diferentes ideas y equipos creativos, independientemente de cuán variados hayan sido.

Su lugar en el fandom de Godzilla es una anomalía única. Habiendo sido el subproducto de la decepcionante adaptación de Hollywood. La ironía es que aunque los fans recuperaron a su icónico monstruo, este tan solo pudo brillar en un par de ocasiones a lo largo de la década del 2000. Quizás, para algunos, valió la pena solo para tener al rey de los monstruos de vuelta. Otros tendrían que esperar hasta 2016 para ver al Godzilla de Toho de vuelta en acción.

















Este artículo fue originalmente publicado el 10 de noviembre de 2016 en la página godzilla-movies.com y escrito por G.H. (Gman). La adaptación al español fue hecha por mí.

Para terminar quiero decir que la Era Millennium de Godzilla es mi favorita de toda la saga. Yo he presenciado como muchas de mis franquicias favoritas se han estancado en una misma fórmula y estas o bien mueren por culpa de eso, o me hacen desear que esta se haya muerto antes de estancarse. La Era Millennium me encanta por la gran variedad de ideas, innovaciones e interpretaciones a lo largo de sus seis películas, incluso si estas no hayan sido un éxito. Yo prefiero ver a una franquicia intentar algo nuevo y fallar, en lugar de verla aferrarse al status quo y negarse a innovar. Sin más que agregar me despido y gracias por leer.

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